martes, 8 de febrero de 2011

Barry Ryan - Eloise

A veces pienso que la gente cercana a los 50 o 60 son unos carrozas de cuidado en su gusto musical. En cambio, no tienen problemas en verse una peli de Rusell Crowe o del gili de Di Caprio. Es más, les gustan, aprecian ese amasijo de bodrios que empaquetan año tras año los de las productoras. Es difícil encontrarse a uno de esos carrozas hablando maravillas del cine de los 60 y 70, mientras comparando, pone a parir el actual. Lo mismo con la literatura, el arte, el teatro, la cocina y los deportes. No se les suele oír que despotriquen de todas esas disciplinas echando la vista atrás achinando los ojos para recordar mejor los viejos tiempos.

Por algún motivo que me gustaría a mí saber, no se encuentran tantas personas de esa edad que aprecien la música más reciente, géneros como la electrónica, el rap o el rock más jarto. No, no les gusta todo ese ruído. Se cierran en banda; o sería más apropiado decir "en bandas", en aquellas que les chocaron de jóvenes cuando todavía no arrastraban sus moralinas y peroratas de juvenil oreja en juvenil oreja. Parece que "los grupos de su época", cómo generalmente se refieren a ellos, les marcaron hasta tal punto que estancaron el crecimiento de un gusto, el musical, que no tiene porqué quedar impedido de tan joven.

En oposición, encontramos que a la gente algo más joven, los de treintaytantos, 30, veintimuchos y veintimenos, la mezcla de épocas y estilos no supone un cocktail indigerible. A nadie le sorprende ver a esta gente gozando de Bob Dylan o los Rolling y de un disco de pop indie grunge harry, por poner un ejemplo. Entonces, ¿qué le pasó a esa generación? ¿Por qué se quedó atascada en las redes de su juventud musical? ¿Era tan la pera lo que escuchaban?

Viendo el clip del súper éxito de Barry Ryan (santo de devoción de mi mismísima madre) a uno no le queda nada claro qué es lo que le pasó a esa generación para engendrar una reticencia tan hostil hacia las nuevas tendencias. Tal vez sea la dosis de espectáculo kitsch con una pizca de playback nefasto lo que les encandiló entonces y que años más tarde les haría fans de tantas hornadas de "triunfitos" con los que volvieron a sentir el amor por la música...

Send eggs!!!


No hay comentarios:

Publicar un comentario