jueves, 12 de abril de 2012

Dente - Io si

A veces me parece que existe una máxima no escrita en el mundo de los cantautores que reza algo así como: "Hazlo bonito, pero que no se entienda nada". Desde el Rey de la Rima Fácil hasta El Apocado de Turno tienen tendencia a abusar de un barroco retórico que vierte una mezcla de misterio y requesón en sus textos, me figuro, de sentido dolor y sentimientos enfrentados.

Joaquín Luis Zapina
No estoy diciendo que no haya que dejar espacio a la interpretación mediante la poesía o que lo sugestivo no sea la cafeína de la vida. Todo lo contrario: la imaginación es el lubricante más viscoso que hay. Y aunque vivamos en el post-postmodernismo y todo valga, en realidad, se sabe perfectamente que NO todo vale. Las ideas en la expresión artística deben estar relacionadas al igual que cuando hablamos las frases deben tener cohesión, por muy vaga que sea. ¡Ay cuánto daño ha hecho Family Guy!

Contra la diarrea creativa combate Dente con uñas y dientes. Coloquial en su vocabulario, informal en sus estructuras, con toques de elipsis que son parte de un estilo personal y no de un atentado a la gramática. A paso ligero suelta su trozo y discurre sobre esta bellísima melodía que es puro ver llover, tristóna, monótona pero pegadiza. Abre con una pregunta sinestésica, doble, puede que hasta retórica, a su amada. Para añadirle más azul añil, empieza a responderla él mismo, con una cadencia milimétrica que sólo rompe a veces y causa tanta sorpresa como el crescendo de su voz al relatar aquellas experiencias vividas juntos que son más y más intensas. Todo encaja. Hay armonía. Como dice el título, él sí se acuerda. Su respuesta es concienzuda, llena de detalles y muy larga, probablemente por temor a no querer oír lo que le tiene que decir ella. Pero la exposición de sus recuerdos es calmada e intensa, sin pizca de pathos... Son "ricordi" atrayentes, perfectos en su sencillez, convincentes y francos. Es su manera de hacerla ver que lo que tenían era maravilloso y así influirla en su respuesta.

Esta es solo mi interpretación. Al ser una canción genial, no es la única admisible. ¿Hay algo más increíble que eso?

La gentileza del filósofo es hacerse entender, decía Ortega y Gasset. En este caso se podría decir que la gentileza del cantautor es no escribir tonterías deslavazadas adornadas con la guitarrita de turno y las pintas de incomprendido. Ya está bien de tanta mandanga.

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